No sirve de mucho afirmar y recontra afirmar que durante los cuatro años K la macroeconomía creció como nunca antes había crecido en la historia si nunca se redistribuyeron los ingresos obtenidos.
Los pobres siguen siendo pobres y la movilidad social sigue siendo nula, basta con caminar por la Cuidad de Buenos Aires o por el Gran Buenos Aires para notarlo. El paisaje sigue siendo el mismo: cartoneros por aquí, cartoneros por allá, niños pidiendo en la estaciones de trenes, limpiadores de parabrisas en todos los semáforos.
Solo se le exige al Gobierno posibilidades laborales más dignas para los cartoneros o limpiadores de parabrisas, que los niños no necesiten estar pidiendo monedas para comer o drogarse para saciar el hambre, tan simple como eso se le exige.
Si el superávit es tal, por qué no se destina ese dinero para hospitales y educación pública en vez de destinarlo a vaya a saber que cosa.
CRISTINA ES LA CONTINUACIÓN DE TODA ESTA POLÍTICA QUE SOLO LE IMPORTA EL PODER Y SE OLVIDA DEL PUEBLO.
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